Siempre digo que es una responsabilidad y un orgullo formar parte de los recuerdos de las personas que fotografío. Y cuando se trata de estas edades aún más. La inocencia, timidez y espontaneidad que perdemos con el tiempo, me vuelve niño de repente en este tipo de sesiones y eso es fantástico. Agradecer a los padres la confianza depositada en mí para este reportaje de comunión y por dejarme ser partícipe de un día tan especial en la vida de María.