Una de las cosas por lo que me gustan las sesiones de comunión, es porque de alguna manera me contagio y sale mi lado más niño, y eso me encanta. Así ocurrió con Yanira, su alegría y su sonrisa junto con la espontaneidad de la edad y pizca de timidez, hicieron una mezcla perfecta para pasar una buena tarde y disfrutar de su reportaje de comunión en Puerto del Rosario, Fuerteventura.