Me decía la mamá de Carla, que si lograba sacarle alguna sonrisa era todo un logro, que la niña es muy tímida. Lo normal pensé, pero no fue así. Enseguida me dí cuenta que iba a ser una sesión de comunión, en la que tenía que sacar todos los recursos para no fallar a los recuerdos de Carla, en esta etapa de su vida.
El Parque Natural del Confital, fue testigo de saltos, chistes, muecas, sonidos,… todo por buscar esa sonrisa. Llegó un momento en el que hubo una conexión, un instante en el que sin apenas darnos cuenta, Carla esbozó una ligera y tímida sonrisa. En ese preciso momento es cuando notas que algo ha cambiado y que sopla viento a favor. Que la vida no es fácil y que todo esfuerzo merece la pena por conseguir nuestros logros, nuestras metas.