En la mayoría de las situaciones cuando los chicos y chicas se colocan delante de la cámara se les apodera la vergüenza y la timidez. Con Pablo fue todo lo contrario, con su actitud calmada y poniendo de su parte logramos una sesión de fotos de comunión muy calmada y distendida. Estoy convencido, que el bueno de Pablo se llevó un gran recuerdo y una gran experiencia de este día.






